Europa tiene pensado lanzar una red de satélites que tiene como propósito encargarse de la monitorización de las emisiones de CO2, también conocido como dióxido de carbono, causadas como consecuencia de la actividad humana.
¿Para qué se va a realizar la red de satélites?
De acuerdo con el director de la Unidad de Datos del Espacio para Retos Sociales y Crecimiento de la Comisión Europea, la red de satélites, comprendida en el programa de observación de la Tierra Copernicus y coordinada por la Comisión Europea, consistirá en una herramienta cuya finalidad será asegurarse de que los estados cumplan los compromisos acerca del cambio climático señalados dentro del Acuerdo de París.
Dentro de dicho convenio se establece que aquellos países que firmaron el Acuerdo de París en el año 2016, acordaron disminuir las emisiones de CO2 con la finalidad de mantener por debajo de 1,5 grados centígrados el incremento de la temperatura global en relación a la época preindustrial.
Esto de modo que sea posible reducir las consecuencias causadas por el cambio climático al máximo.
Tras la firma de dicho acuerdo, cada uno de los países involucrados tiene que informar acerca de sus propias emisiones de CO2. No obstante y a través de la red de satélites que se pretende lanzar al espacio para monitorizar estas emisiones, será posible mantener vigilada las mismas sin necesidad de depender únicamente de los informes individuales que lleve a cabo cada nación.
Las emisiones de CO2 serán monitorizadas con los satélites de Copernicus
Los satélites de Copernicus serán los encargados de monitorizar las emisiones de CO2 o efecto invernadero no solo a nivel local, sino también en toda la extensión del globo terrestre y esto mediante sensores de luz infrarroja que cuentan con tecnología de alta resolución.
La finalidad de esta acción consiste en que los satélites que se pretenden lanzar permitan medir las emisiones de dicho gas alrededor del planeta Tierra en no más de 3 días. De esta forma y al combinar dichas mediciones junto a las observaciones realizadas desde el suelo, modelos de la atmósfera y datos acerca de la población, los científicos de Copernicus tendrán la capacidad de establecer la cantidad de emisiones de CO2 que resultan de la actividad humana.
Dentro de este nuevo programa y que se encuentra bajo el liderazgo de la Comisión Europea, estarán participando el ECMWF (Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Plazo Medio), la ESA (Agencia Espacial Europea) y la EUMETSAT (Organización Europea para la Explotación de Satélites Meteorológicos).
De la misma manera Europa se encuentra negociando la posibilidad de colaborar igualmente junto a otros socios de carácter internacional, tales como los son Estados Unidos y China. Cabe decir además que las fechas de lanzamiento, al igual que la cantidad de satélites que conformarán la red de satélites dependerán directamente de las negociaciones.
Los centinelas del planeta Tierra
Copernicus se trata del programa integrado de observación del planeta Tierra más grande que se pretende lograr a nivel global.
El núcleo de Copernicus consiste en satélites Sentinel, los cuales se encargan de vigilar la atmósfera, la superficie terrestre y los océanos. Hasta ahora existen 7 satélites en órbita y durante los siguientes 3 años se encuentra pensado lanzar otras 3 misiones como parte de dicho programa, dentro del cual Europa, para el momento, ha invertido ya unos 7.400 millones de euros.
Copernicus se encarga de procesar los datos recogidos no solo por los Sentinel, sino también por los obtenidos por otros 50 satélites de origen internacional, esto con el fin de ofrecer servicios de vigilancia para tierra, aire y mar, al igual que de gestión para emergencias, cambio climático y seguridad.
Una vez Copernicus ha recogido cada uno de los datos, los resultados obtenidos de los mismos son publicados en abierto a fin de que cualquier usuario tenga la oportunidad de descargarlos de forma gratuita desde Internet.
Hoy en día este programa de observación genera anualmente alrededor de 15 petabytes de datos (los cuales son aproximadamente unos 15.000 billones de bytes), los cuales son usados por más de 300.000 usuarios, dentro de los que destacan sobre todo empresas pequeñas e investigadores.
Es muy útil mencionar que la ejecución de esta red de satélites, prevista por el programa Copernicus de observación terrestre, se caracteriza por tratarse de uno de los aspectos esenciales en la lucha para hacer frente al cambio climático.
Esto debido a que como ya hemos dicho, ofrece la oportunidad de obtener información real que permite entender en mayor medida no solo el funcionamiento de la atmósfera, sino también la relación que tiene con otros elementos que forman parte del medio natural, como la vegetación y los océanos.
Y aunque aún es pronto para valorar la utilidad y calidad de la información obtenida a través de estos satélites, los científicos consideran que el programa permitirá analizar los cambios que puedan presentarse en el tiempo de forma más completa que con información actual.