La percepción de la sociedad sobre los políticos en España es muy negativa. Consideran que son parte del problema y no de la solución a todos los problemas de la actualidad. Esta afirmación se basa en diversos estudios y estadísticas que se han elaborado a diversos sectores de la población.
Desde hace unos años se palpa un notorio empeoramiento de la visión política por parte de la población.
La sociedad percibe que los políticos no se centran en los intereses y necesidades básicas de la población.
Es decir, la población nota que no se buscan soluciones para el bien común, sino para el propio.
La sociedad considera que los políticos se sirven de su cargo para conseguir beneficios propios (por ejemplo, negocios con empresas).
El descenso en la confianza en las instituciones políticas (sean del partido que sean) se ha disparado en los últimos años por diversas causas, pero principalmente por la crisis económica.
La corrupción y el paro son las principales inquietudes de los españoles. En los últimos años se han producido diversas movilizaciones sociales en contra de recortes tanto en sectores como la salud o la educación como en derechos.
Además, los casos de corrupción por parte de empresarios destacados y de políticos, así como las formas en las que se llevan estos casos genera una gran desconfianza a la sociedad.
También se palpa un aumento de interés, por parte de la población, al sector político. Es decir, están más atentos a las reformas, leyes y noticias políticas.
La sociedad no entiende los métodos que se proponen. Está claro que las medidas que llevan a cabo no favorecen a los más vulnerables y el crecimiento de la pobreza en España se ha disparado. Esta brecha tan destacada demuestra que los más desfavorecidos no están amparados por la clase política y, cada vez más, hay más gente en riesgo de exclusión social por escasez de recursos para sostenerse.
Pese a las movilizaciones, plataformas y acciones de la sociedad en defensa de unos valores, unos derechos y por una transparencia fiscal el sistema político español no reacciona.
La credibilidad política es prácticamente nula. El prestigio de los políticos es invisible a ojos de la sociedad, que les considera demagogos y opacos. Es evidente que hay desigualdades sociales que van creciendo cada vez más. Su falta de compromiso ante las injusticias y las reformas tan extremistas que están llevando a cabo crean un gran desconsuelo a la sociedad que reclama y exige unas leyes y derechos justos.
La gestión dudosa y poco efectiva es evidente. La sociedad está ante un reto importante: recuperar derechos para el bien de la ciudadanía y luchar por una transparencia ante la corrupción y la manipulación de información. Debemos defender unos derechos básicos y esenciales para reconstruir la sociedad.
Necesitamos un cambio radical, en cuanto al sistema y metodología política del país. Necesitamos políticos con vocación, formada y preparada, y no con ansias de poder. Si nosotros mismos no luchamos por nuestros derechos nadie lo hará.