La calidad del agua que consumimos y utilizamos en el hogar tiene un impacto directo en nuestra salud, nuestros electrodomésticos y nuestra economía doméstica. Si vives en una zona con agua dura, es probable que hayas notado problemas como acumulación de cal en grifos, electrodomésticos que duran menos de lo esperado o ropa que sale áspera de la lavadora.
